Ya no te extraño.
ya me acostumbre a ese dolor en el pecho,
y a no poder dormir cuando tu recuerdo
resuena en mi cabeza como un bombardeo,
como un campanario avisando de fuego.
ya no te extraño.
cambie tu olor, por el de los bares sin humo.
Ya son pasado, los ceniceros llenos de mentiras,
y las miradas haciéndose caricias.
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